A la hora de pintar un mural, lo primero a tener en cuenta es la preparación de la superficie, es importante aplicar una imprimación antes de empezar a pintar para que la pintura agarre sobre la superficie, tenga un color más vivo y se conserve durante más tiempo.
Para los murales a medida con un diseño previo es vital adaptar la imagen a las dimensiones que queremos pintar, esto se puede hacer marcando una cuadrícula sobre el diseño y transfiriendo esos puntos de referencia a la escala reals sobre el muro así tener una guía. También se puede utilizar un proyector para ahorrar tiempo aunque dependiendo de las dimensiones de la superficie el proyector puede presentar limitaciones.
Una vez marcado el diseño sobre la superficie es aconsejable empezar a pintar un mural empezando por el fondo, dejando los detalles del primer plano para el último paso. Sí lo hacemos al revés podemos estropear los elementos del primer plano al hacer el fondo.
Para finalizar es importante mirar el diseño original y asegurarnos de que hemos incluido todos los elementos de la propuesta inicial en el mural, sí nos han quedado detalles por incluir podemos aprovechar éste último paso para hacerlo.
Es aconsejable aplicar un barniz compatible con la superficie y pintura para asegurar la permanencia del mural durante más tiempo, aunque en la mayoría de ocasiones no se suele aplicar por el coste que supone aplicar un barniz a una superficie de gran tamaño.