Recuerdo desde una edad muy temprana sentir curiosidad por las pintadas en las autopistas, siempre que viajaba en coche tenía un interés tremendo por ver los diferentes graffitis y me fijaba atentamente en todos los que era capaz de abarcar mi visión. Sentía un atracción innata hacia todo el mundo del graffiti, me llamaba la atención la clandestinidad, aventura y expresión artística de todo el movimiento.
Hay un sitio en particular que sigue llamándome la atención siempre que paso, que son los grandes y largos para sonidos verdes de la A1 en Madrid. Recuerdo de muy pequeño estar con mi padre en el coche pasando por esa zona y preguntarle si eso era graffiti, quería saber lo que era, lo que impulsaba a personas a pintar y todo el mundo que había detrás.
Mis comienzos y los de mis compañeros fueron por pura diversión, disfrute y pasión por pintar, un hobby que empezó desde muy temprano y que con el tiempo por convicción y suerte se convirtió en profesión.
Me doy cuenta ahora de que probablemente empezamos a pintar graffiti por la sensación de libertad que nos proporcionaba el hacerlo y el pertenecer a un movimiento artístico en el que cada uno podía elegir un nombre o figura, desarrollar su estilo propio y expresarse «libremente».
Con el paso del tiempo y de una manera natural aún siendo adolescentes, nos empezaron a surgir los primeros trabajos pintando habitaciones para amigos, algo que disfrutamos mucho haciendo. Poco a poco esos trabajos fueron incrementando, no solo en volumen también en tamaño, y nos empezamos a dar cuenta de que había una demanda para contratar un servicio de «graffiti profesional».
Gracias a la evolución de la tecnología, el internet y el momento en el que estamos viviendo de la historia, en el cual la informatización está teniendo un impacto tan grande en la manera en la que funcionan los pequeños negocios y empresas, nos hemos podido beneficiar de estas herramientas digitales y adaptarlas a nuestra actividad para facilitar la comunicación entre el artista y la persona interesada en contratar a un pintor de murales.
Mural realizado en colaboración con Montana Colors & Puppet Mindz para WALLSPOT en Madrid